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Reportes de Sostenibilidad: ¿herramienta de gestión o checklist reputacional?

En la era de la transparencia corporativa, los reportes de sostenibilidad pasaron de ser una herramienta opcional a convertirse en documentos ineludibles para las empresas que se orientan hacia un modelo de negocio más responsable. Sin embargo, hay un riesgo creciente de que esa práctica se transforme en un ejercicio superficial, parte del “checklist reputacional” empresarial, y sea usada más para mostrar lo que se hace que para evidenciar avances, retrocesos o desafíos pendientes.


En el afán de cumplir con la publicación de cada reporte, muchas veces se pierde de vista que el proceso mismo de elaboración constituye una instancia clave para revisar en profundidad cada unidad de negocio, identificar riesgos, oportunidades de mejora y reorientar estrategias de impacto. Por eso, resulta esencial que las áreas responsables se capaciten, trabajen con profesionales idóneos y comprendan la dimensión estratégica del reporting, para evitar caer en informes vacíos o superficiales que solo conducen al impact-washing: generar impacto aparente, sin transformación real.


La adopción de los estándares GRI (Global Reporting Initiative), hoy ampliamente utilizados, representó un gran avance en la calidad y profundidad del reporting. No solo por ofrecer marcos universales, sectoriales y temáticos, sino también por permitir la comparabilidad entre organizaciones —incluso de distintos sectores—, impulsando la mejora continua, la innovación y la creación de valor sostenible. Este marco permitió además, estandarizar la recolección de información, un aspecto clave para la eficiencia operativa y la medición de resultados, ya que se sabe que lo que no se mide, no se gestiona y por tanto no se puede mejorar.


¿Qué es lo que puede hacer la diferencia a la hora de elaborar este tipo de reportes?. Una de las claves es allanar el camino con un buen análisis de materialidad, serio y fundamentado. Este debe incluir informes de fuentes confiables, guías internacionales, investigaciones sobre tendencias y agendas globales e implementar encuestas de materialidad con la participación representativa de todos los stakeholders. Esta instancia permite fortalecer la estrategia de sostenibilidad corporativa y enfocar los contenidos del reporte en los temas que realmente son valorados por los públicos de interés.


Otro punto que contribuye a generar reportes realmente auténticos es el involucramiento de todas las áreas en la recopilación de datos y contenidos que reflejen genuinamente el desempeño de la organización. Cuando el proceso es colaborativo, los equipos se sienten parte y actúan como custodios de la integridad institucional, capaces de validar —o cuestionar— la coherencia entre lo que se comunica y lo que realmente se vive.


Finalmente, es fundamental construir una narrativa alineada con la identidad de la organización, utilizando un lenguaje claro y accesible para todos los públicos. El diseño, la extensión y la presentación deben facilitar una lectura atractiva y pedagógica, sin sacrificar la profundidad del contenido. El mayor riesgo es crear reportes visualmente impecables, pero irrelevantes: documentos que ni siquiera quienes forman parte de la empresa se sienten motivados a leer.


Por supuesto, existen otros aspectos a tener en cuenta que varían según cada organización, su rubro y su madurez en sostenibilidad. Sin embargo, hay un principio transversal: si los reportes no se conciben como herramientas estratégicas, fácilmente se convierten en requisitos vacíos. De esta manera terminan siendo publicaciones formales que se realizan solo para “estar en regla” o, peor aún, para cuidar la imagen reputacional. Cuando eso ocurre, pierden su verdadero valor como instrumentos de gestión, transparencia y construcción de confianza.


En un contexto donde la sostenibilidad corporativa a menudo se reduce a narrativas estéticas o campañas de impact-washing, es fundamental que los procesos de elaboración de reportes se aborden con profesionalismo, rigor y conciencia estratégica. El verdadero diferencial estará en narrar con honestidad los avances, los retrocesos y las deudas pendientes de toda gestión empresarial que, orientada hacia el desarrollo sostenible, debe comunicar responsablemente sus impactos sin caer en eufemismos.



Este contenido se encuentra bajo una licencia Copyleft. Se permite su reproducción, y distribución siempre que se cite la autoría original con la siguiente biografía(*) y se mantenga esta misma licencia en las obras derivadas.


(*) Maria Carolina Quiróz es asesora en gestión sostenible y comunicación responsable para empresas e instituciones. Docente universitaria, capacitadora y speaker. Cuenta con más de 15 años de trayectoria como especialista en sostenibilidad corporativa. Diseña e implementa planes y proyectos de triple impacto y contenidos de comunicación con perspectiva de la sostenibilidad. www.mariacarolinaquiroz.com 

 
 
 

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